Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


miércoles, 1 de octubre de 2014

Boddhidharma


El Patriarca del Budismo Chan


Aunque poco se sabe sobre la vida de Bodhidharma, el fundador del Chan (Zen), su influencia impregna la cultura de toda Asia del Este. La historia de su vida se ha conservado en la leyenda. 

Bodhidharma era un monje de la India que estudió con Prajnadhara. Algún tiempo después de completar sus estudios, dejó la India para dirigirse a China. 

Bodhidharma fue invitado a visitar el emperador Wu de Liang, quien era un gran propulsor del Budismo. El emperador había construido muchos monasterios, y él le preguntó a Bodhidharma qué mérito había ganado tras su generosidad. "Ninguno", dijo Bodhidharma. Sorprendido, el emperador le preguntó a Bodhidharma la verdad suprema del Dharma. "Vacía, vasta, nada particular", contestó Bodhidharma. Por último, el emperador le preguntó: "¿Quién eres tú?". "No sé", dijo Bodhidharma. 

Posteriormente, Bodhidharma viajó al norte hacia el Templo Shaolin. Durante nueve años, se sentó a meditar en una cueva cerca del templo, pasando todo ese tiempo meditando frente a una pared. Según la leyenda, en un momento se vio tan frustrado por su propia somnolencia, que se arrancó los párpados. 

Hui-k'o, quien sería el segundo patriarca del Chan, se puso de pie en la nieve fuera de la cueva. Para mostrarle Bodhidharma su sinceridad para aprender el Dharma, Hui-k'o se cortó el brazo y le dijo: "mi mente no tiene paz; maestro, por favor, póngala a descansar." Bodhidharma le dijo: "Tráeme tu mente, y la pondré a descansar." Hui-k'o dijo, "He buscado por mi mente, pero no he podido encontrarla." Bodhidharma dijo: "Ya la he puesto completamente a descansar." 

Algunas leyendas dicen que Bodhidharma regresó a la India antes de su muerte. Otros dicen que vivió hasta los 150 y fue enterrado en las montañas de Honan, en China. Algún tiempo después, un peregrino alega haberse encontrado a Bodhidharma caminando de regreso a la India, vestido sólo con una sandalia. Cuando se abrió su tumba estaba vacía, salvo por una sandalia.

El Sermón del Despertar (fragmento)


La esencia del Camino es el desapego. Y la meta de aquellos que practican es liberarse de las apariencias. Se dice en los Sutras: "El desapego es despertar porque niega las apariencias". La Budeidad significa atención sutil. Aquellos mor­tales cuyas mentes tienen atención natural alcanzan el Camino del Despertar y por ello son llamados Budas. Se dice en los Sutras: "Aquellos que se liberan a sí mismos de toda apariencia son llamados Budas". El aspecto de la apariencia como no apa­riencia no puede apreciarse visualmente sino que únicamente puede conocerse mediante la sabiduría. Cualquiera que escu­che y crea esta enseñanza se embarcará en el Gran Vehículo y abandonará los Tres Reinos.

Los Tres Reinos son codicia, aversión y confusión. Abandonar los tres reinos significa regresar desde la codicia, aversión y la confusión a la moralidad (el camino de la virtud natural sin culpabilidad), la contemplación (con amor benevolente) y la sabiduría (inteligencia natural encontrada en las enseñanzas). La codicia, la aversión, y la confusión no tienen naturaleza propia (identidad permanente e independiente), son ilusorias, y cualquiera capaz de reflexionar verá que la naturaleza de la codicia, aversión y confusión es la natura­leza búdica.

Más allá de codicia odio e ignorancia no hay otra naturaleza búdica. Se dice en los Sutras: "Los Budas sólo se han convertido en Budas mientras vivían con los Tres Venenos y alimentándose del Dharma puro". Los tres venenos son codi­cia, el odio y la confusión.

El Gran Vehículo es el más grande de los vehículos. Es el transporte de los Bodhisattvas, que lo usan sin usarlo y que viajan todo el día sin viajar. Así es el vehículo de los Bod­hisattvas. Se dice en los Sutras: "El no vehículo es el vehículo de los Budas".

Cualquiera que comprenda que los seis sentidos no son rea­les, que los cinco agregados son ficciones, que ninguno de ellos puede ser localizado en parte alguna del cuerpo, comprende el lenguaje de los Budas. Se dice en los Sutras: "La cueva de los cinco agregados es el vestíbulo del Chan. La apertura del ojo de la mente es la puerta del Gran Vehículo". No puede ser más claro.

No pensar en nada es Chan. Una vez que se sabe, caminar, estar de pie, sentarse o estirarse, todo lo que se haga, es Chan. Saber que la mente es vacío es ver al Buda. Los Budas de las diez direcciones no tienen mente. Ver la no mente es ver al Buda.

Renunciar a uno mismo sin pesar es la caridad más grande. Trascender movimiento e inmovilidad es la mayor de las me­ditaciones. Los mortales no dejan de moverse, y los arhats per­manecen inmóviles. Pero la más elevada de las meditaciones trasciende tanto la de los mortales como la de los Arhats. Aque­llos que alcanzan dicha comprensión se liberan a sí mismos de todas las apariencias sin esfuerzo y curan cualquier enferme­dad sin tratamiento. Tal es el poder del gran Chan.

Usar la mente para buscar la realidad es ignorancia. No usar la mente para buscar la realidad es conocimiento. Liberarse uno mismo de las palabras es liberación. Permanecer sin má­cula de polvo de sensación es permanecer en el Dharma. Tras­cender vida y muerte es abandonar el hogar.

No sufrir otra existencia es alcanzar el Camino. No crear igno­rancia es iluminación. No aferrarse a la ignorancia es sabiduría. La no aflicción es el nirvana. Y la no apariencia de la mente es la otra orilla.

Cuando eres ignorante, esta orilla existe. Pero cuando des­piertas, deja de existir. Los mortales permanecen en esta orilla, pero aquellos que descubren el más grande de todos los vehí­culos no están ni en ésta ni en aquélla. Son capaces de vivir en ambas orillas. Aquellos que ven la otra orilla como diferencia­da de ésta no comprenden el Chan.

La ignorancia significa mortalidad. Y el conocimiento sig­nifica Budeidad. No son lo mismo y tampoco son diferentes. Pero la gente distingue entre ignorancia y conocimiento. Cuan­do somos ignorantes hay un mundo al que escapar. Cuando so­mos conscientes, no hay nada donde escapar.

A la luz del Dharma imparcial. los mortales no son diferen­tes de los sabios. En los Sutras se dice que el Dharma imparcial es algo que los mortales no pueden penetrar ni los sabios prac­ticar. El Dharma imparcial sólo es practicado por los grandes Budas y Bodhisattvas. Ver la muerte como algo diferente de la vida o el movimiento como algo diferente de la inmovilidad es ser parcial. Ser imparcial significa ver el sufrimiento como algo no diferenciado del Nirvana, porque la naturaleza de am­bos es el vacío. Al imaginar que pondrán fin al sufrimiento y entrarán en el Nirvana, los arhats acaban atrapados por el Nir­vana. Pero los Bodhisattvas saben que el sufrimiento es esencialmente vacío y permaneciendo en el vacío permanecen en el Nirvana. Nirvana significa no nacimiento y no muerte. Está más allá de nacimiento y muerte y más allá del Nirvana.

Cuando la mente deja de moverse, penetra en el Nirvana. Nirvana es una mente vacía. Cuando no exis­te la ignorancia, los Budas alcanzan el Nirvana. Cuando no existen las aflicciones, los Bodhisattvas entran en el lugar de la despertar.